La vida sigue adelante en Mozambique

¡Menos mal que el verano ha pasado hace tiempo! Hasta otro ya no veremos las imágenes en la televisión de los africanos o subsaharianos, como se suelen llamar ahora en los medios de comunicación, en las pateras que invaden las costas españolas. “Verdaderamente pobrecitos, en sus tierras sólo existen guerras, hambrunas, sida, malaria y están condenados a un subdesarrollo permanente. Es la letanía diaria que se escucha en los hogares españoles. Parece que en el continente africano no existe vida. Mientras que algunos graban en su mente esa imagen que la tele les transmite, otros prefieren quedarse con la belleza de sus playas paradisíacas y de parques como el Gran Limpopo que anuncian las agencias. Por otro lado, hay muchos tentáculos que ya están chupando las riquezas africanas sin ningún escrúpulo, y todo en el nombre de proyectos. Si no, ¿cómo es posible hacer un proyecto de desarrollo que tenga validez para tres meses? Bien decía el proverbio mozambiqueño que “tu granadero no puede estar en la casa del vecino, porque, aunque el producto es tuyo, siempre se aprovechará de ello”. ¡Qué lástima que los medios de comunicación y sus nuevas tecnologías, en lugar de sus eufemismos de reality show, sólo transmiten una visión catastrófica del continente africano. Difunden “la cultura de la muerte”! Parece que sus cámaras, máquinas fotográficas y sus plumas sólo están listas para captar y relatar la muerte. Sin embargo, en África si sigue viviendo y dando pasos firmes.
Desde que las armas dejaron de decir su última palabra en Mozambique, hace doce años, este país volvió a vestirse de nuevo de su verde resplandor de esperanza, de la sonrisa representada por el sol que nace todos días y despierta a los mozambiqueños comunicándoles que ya es nuevo día para ir a los campos que ya no producen minas, sino más bien alimentos para sus hijos. Cuando se hace un recorrido en sus varias regiones se respira la brisa del mar, que hace recordar que la paz y el diálogo son las mejores armas para superar las adversidades. Como bien decía el escritor mozambiqueño Mia Couto, “Mozambique es de los mozambiqueños, sean bantúes, afroasiáticos o afroeuropeos”. De hecho, en estas tierras se habla más de 20 idiomas, pero todos tratan de cohabitar. No es por casualidad que el portugués Vasco da Gama, ya en el siglo XV, bautizó una de sus provincias como “tierra de buena gente”.
En su Parlamento se encuentran diputados representando a todas las 11 provincias que componen este largo país, cuyo 30 por ciento son mujeres, un hecho por el que pocos países del mundo pueden enorgullecerse. Aunque nadie hable de eso, el proceso democrático sigue adelante y en diciembre de este año tendrán lugar las terceras elecciones generales. Dos casos inéditos en su historia. Será la primera vez que los ciudadanos que están en la diáspora tendrán la oportunidad de votar a dos diputados que les represente en el Parlamento: uno para los que están en el continente africano, y otro para los se encuentran en Europa. La otra curiosidad política es que el actual presidente Joaquim Chissano ya no se presentará para un tercero mandato. Esto es un gesto que se debe dar a conocer como ejemplo en el continente africano, como también el del presidente de Namibia que deja el poder por su libre voluntad. En las ciudades, los mercados informales conocidos por “Tchugamoyos” en el centro, “Dubanegues” en el sur y los famosos kioscos, son auténticos motores de la economía doméstica. Muchas madres se dedican al comercio informal para sostener a su familia. Los corredores de Maputo, Beira y Nacala, que antes se habían transformado en la trampa de la muerte, actualmente son la alegría de los viajeros que llegan de otros países vecinos. De hecho, hay una procesión interminable de coches, “chapa cem”, los pequeños autobuses para trasportar a la gente y los “Machibombos”, los grandes autobuses que van a las costas mozambiqueñas para disfrutar de la tranquilidad que sus 3.000 kilómetros proporciona. Y también para saborear la gallina “a la zambeziana”, la “matapa” (típica verdura local), y refrescarse con agua de coco que los cocoteros producen. Sólo los cariocas pueden van por delante en esta producción.
El logro más importante que este país ha conseguido en los últimos años está en la economía, que crece anualmente entre el cinco y el ocho por ciento, todo esto gracias al esfuerzo de todo el pueblo y impulsado por una gran estratega, la ministra de hacienda y economía, Luisa Diogo. Aquí se cumple la tradición africana de que quien rige la economía de la casa es siempre la madre, y, en este caso, tras la sombra de Chissano está siempre ella con su silencio de madre que conoce todo lo que pasa dentro de la casa mozambiqueña. Es verdad que queda todavía por resolver la criminalidad y la corrupción que azotan a este país, debido a las políticas pasadas, pero se piensa que poco a poco se irán eliminando estos males. Como bien afirma otro proverbio, “la herida hay que curarla con paciencia; de lo contrario, se corre el riesgo de curarla por fuera, mientras continúa ahondando por dentro”.
No se puede describir la vida de este país sin hacer referencia a la escolarización, que es diferente de la educación, ya que ésta se recibe siempre en casa, mientras que para la escolarización hay que acudir a sentarse sea entre cuatro paredes o debajo de una árbol. Por eso en todas las familias se busca que al menos un hijo avance hasta a nivel superior para que garantice la vida a los demás niños pequeños. Por consiguiente, no es raro escuchar a las madres que insisten a sus hijos para que vayan a la escuela. Desde que se celebraron las primeras elecciones en Mozambique se abrieron cuatro universidades privadas, y las públicas están expandiendo sus facultades en todas las provincias. La tasa de alfabetización crece cada año.
Si en 1995 el porcentaje era el 23 por ciento, el actual es el 32,7, una cifra que demuestra como es grande el hambre de aprender en estas tierras africanas. Mozambique ya puede estar orgulloso de que su capital ha sido escenario de muchas conferencias y decisiones, tanto a nivel africano como internacional. Y cómo no alabar la Declaración de Maputo (de los países ACP) que es una auténtica joya para el futuro de muchos pueblos del sur del mundo. Por eso deseo dar ánimos para que en el futuro la vida continúe siempre brillando en tus calles, mercados, autobuses y en todas partes. No te olvides que la paciencia es la que te sacará de las trampas de cada momento.

Mensagens populares deste blogue

Visones del continente Africano en la prensa Occidental

3.2 Razas

Acordo entre A Santa Sé e o Governo de MOçambique