Visones del continente Africano en la prensa Occidental

Visones del continente Africano en la prensa Occidental Cuando se mira a la TV y se lee la prensa occidental da la sensación de que muchos pueblos africanos viven en una situación de una miseria escandalosa, guerras que no terminan, inseguridad, corrupción excesiva, explotaciones de materias primas sin ética, engaños a alto nivel, falta de voluntad de algunos gobiernos para reconciliar los pueblos, ausencia de diálogo, etc. Todo eso lleva a afirmar que los países africanos están abandonados a su suerte. Por otro lado, cuando recorremos las distintas agencias de turismo europeas, se observa una gran propaganda de las playas vírgenes, montañas, parques y paisajes exóticos africanos. La pregunta que hace es ¿qué está ocurriendo con la información? Por eso antes que analicemos los medios en el continente africano veamos algunas visiones históricas que predominan actualmente y marcan la pauta de las concepciones sobre África en todos los ámbitos de la vida socio–cultural, político-religiosa-informativa occidental que no ayudan a África, y promueven aquello que ya se conoce como “infodominio socio lingüístico cultural”. Estas visiones son: eurocéntrica, paternalista, critíca y exótica o solidaria. La visión más antigua de todas es la eurocéntrica. Surgido en la época romana cuando pusieron una placa después de Egipto donde se leía: Hic sunt Leones (más allá están los leones), es decir, no se podía encontrar personas ni civilizaciones. Con el desarrollo de las técnicas, con la conquista o los descubrimientos -o como lo queramos llamar- con la colonización, esta visión toma se fortalece con algunas tesis como las de Janheinz Jahn y otros de su tiempo que dijeron claramente: “Europa sabe mejor lo que es bueno para África que la propia África. Es cierto que Europa ofrece diversas doctrinas sólidas (en competencias.....). Africa puede adoptar las doctrinas que se la recomienden o las doctrinas contra las cuales se advierte, pero en todo caso debe abandonar sus tradiciones. No se aceptan otras posibilidades en la discusión” . Así, a lo largo de muchos años fueron y continúan siendo abordados los problemas africanos con un enfoque de este tipo. Se imponen los valores occidentales como universales, sin tener en cuenta la especificidad de los africanos. La homologación del continente africano creó y está creando un cierto rechazo, apatía, frialdad y dualismo de relaciones entre aquellos que piensan que los africanos son gente pasiva y analfabeta que deben acatar sus pensamientos y transformarse en robots ejecutores de teorías ajenas a su realidad, controlados desde fuera y sin capacidad de elegir su propio futuro. En otras palabras, que todo aquello que algunos intelectuales europeos aprueban desde las grandes academias occidentales son válidos para África y no se puede discutir. En fin, esta corriente anula y aniquila por completo la personalidad africana y su intelecto transformándolo en "tabula rasa". Muchos de los programas estructurales económicos impuestos por el FMI y el BM en los años 90 se basaron en esta visión, y el resultado se está cosechando ahora. Otra visión sobre África es la Paternalista con matices más socio-político-históricos. Esta tuvo sus momentos de oro entre los movimientos independentistas, en la cual hicieron causa común con la libertad y autodeterminación del continente africano. Ellos la apoyaron no sólo materialmente, sino que también estuvieron intelectualmente en la vanguardia al admitir que los africanos tienen una civilización propia, una cultura, y son capaces de gobernar los destinos de su continente. Algunos llegaron a ser grandes consejeros de presidentes africanos influyendo en decisiones políticas y socioeconómicas de muchos países que se convirtieron en las mayores tragedias y dramas africanos, monopartidismo, dictaduras, marxismo científico, humanismo africano llevado al extremo, etc. Cómo no hacer referencias a los bloques que se formaron en África tras las independencias, con sus padrinos del Este y de Oeste y con grandes ideales de lucha contra el tribalismo y el analfabetismo, con un menosprecio total a sus pasados milenarios de las civilizaciones Africanas. Esta corriente se viene a decir que los países africanos deben ser libres, tomar sus decisiones, pero nosotros los padrinos occidentales tenemos que influir como sus consejeros. Es como si fuera una gallina a la que se la deja libre, pero atada a un hilo para controlarla. Si la evaluamos superficialmente, es cierto todo lo que dicen sus representantes, pero en lo más intrínseco niega la auto entrega de los propios africanos o cualquier capacidad de innovación, crítica y hasta su capacidad para ser autónomos. Son padrinos a los que hay que consultarles sobre todo, incluso sobre la dinamicidad del ambiente sociocultural, ya que algunos de ellos se consideran especialistas de la cultura. Ellos transmite la cultura africana como estática que jamás cambia y, consideran que si algo cambia, quiere decir que se esta perdiendo los valores del pasado ancestral. Sólo que se olvidan que las culturas acarrean consigo mismas una dinamicidad interna que hace con que en el tiempo se pierdan algunos valores y se adquieran otros. Esta visión tuvo su principio en el proceso de la descolonización africana principalmente en aquellos países que conquistaron su independencia tardíamente. En ellos muchos intelectuales, preeminentes excelencias que disfrutaban de una situación privilegiada durante la colonia, se opusieron a la política de sus gobiernos en la descolonización de África, llegando a proponer que el poder se quedara en sus manos. Como esto no fue posible, se creó un malestar, y así comenzaron movimientos críticos a los gobiernos africanos y a sus consejeros, llegando a crear mercenarios, fuerzas multinacionales desestabilizadoras y movimientos rebeldes. No se sabe el porqué pero la realidad hoy está demostrando que la visión exótica y de falso solidarismo está ganando tanta fuerza, y teniendo una propagación tan impresionante. Tal vez sea por la globalización que nos transmite todo lo que ocurre en el último rincón del mundo. Pero ésto no es lo más preocupante. Lo que sorprende es el tipo de planteamiento que esta corriente ha creado sobre África, donde todo el mundo se convierte en especialista en asuntos africanos, aunque no tenga mucha idea acerca del continente o, como mucho, haya ido un par de días o meses a visitar algunos proyectos. En cuanto vuelve a Occidente ya es un especialista capaz de escribir tesis y libros sobre África, limitándose a una carrera loca por lo sensacional y lo exótico. Son auténticos "dramaturgos" de las realidades africanas y de la miseria de los pueblos africanos, haciendo creer, por ejemplo, que todo el mundo es seropositivo. Aquí se palpa una cierta ignorancia y pereza intelectual, por el desconocimiento total de la historia poscolonial y de la geografía africana, llegando hasta el punto de homogeneizar y reducir África a una gran isla rodeada por los océanos Índico y Atlántico o a un país de una naturaleza no adulterada: con parques naturales, pájaros exóticos y bonitos panoramas y tribus arcaicas. La visión exótica o falso solidarismo fomenta relaciones de subordinación donde ellos son los grandes salvadores que terminan con todas las tragedias, promotores de derechos humanos y de la mujer africana, etc. Para ellos, el continente africano no es una entidad socio-político-cultural. Por el contrario, es la pantalla en la que se proyectan o se realizan varios proyectos sociales. En otras palabras, África es un campo de batalla donde los distintos sujetos y organismos combaten por la construcción de su proyecto en función de sus objetivos y “honores” particulares, incluso deseando que ocurran más tragedias, para así poder hacerse eco de la noticia y poder obtener más fondos para sus proyectos. Esta visión es la más excluyente de todas y la más peligrosa porque reduce todo al solidarismo como si todo africano viviese de los proyectos de algunas ONGs. No olvidemos que muchos de estos organismos están creando situaciones embarazosas y vergonzosas en el trato a las personas ya que a menudo no respetan su dignidad. A menudo compran influencias a los altos cargos de gobiernos africanos para que dejen de controlar la ejecución de sus proyectos y así puedan hacer a su libre albedrío. Es necesario ser consciente de que continente africano está viviendo un proceso histórico conflictivo pero que no le priva de su dignidad y esperanza en nuevas generaciones de políticos y economistas capaces dirigir los destinos de los países africanos con transparencia y para su propio bien. Hay que alejarse de las relaciones "subordinadas" o de superioridad cultural, y también de los términos lingüísticos del pasado que minan la consideración de África. El continente negro no tiene necesidad de falso solidarismo, de sentimentalismo, de falso protagonismo ni tampoco de construcciones memorables que lleva al silencio como si fuera un niño que cuando llora se le dan caramelos. . Continente africano y Medios de comunicación La revolución copernicana de los medios de comunicación en África tuvo su inicio en la década de los noventa en la cual empezó el fenómeno de liberalización de los medios de la comunicación principalmente la radio en frecuencia modulada conocida por FM, los periódicos y la televisión. Muchos pensaron que había llegado la hora de tener una información equilibrada y más adecuada ya que se había quebrado uno de los feudos importantes de los gobiernos africanos. Es decir, antes el control de flujo informativo estaba en las manos de los gobiernos como un medio de preservar sus regímenes dictatoriales y monopartidarios, mantener los intereses de su bloque de alianza. Por ejemplo, un país como Mozambique no se podían escuchar radios internacionales porque era estar contra la revolución marxista científico leninista. Lo mismo se puede decir, para los países que tenían alianzas con el bloque capitalista como es el caso de Congo y otros. Con la privatización de los medios de comunicación que coincidió con la revolución de las autopistas de la comunicación ha hecho que el continente africano diese un salto progresivo en la introducción de nuevas tecnologías de información. Ha sido este tiempo que se introducen en casi en todos los países africanos las televisiones vía satélites, cables y radios por todo lado. La gente empezó a crearse expectativas de la nueva era, principalmente para consolidar la democracia, educación pública. Sin embargo, el continente africano ha recibido una carga más que debe gestionar. Hay que ser conscientes que la introducción de las nuevas tecnológicas en este continente ha sido tan rápido y sin tiempo de solucionar los “eternos” problemas que padece; de la estructura pobre, una base financiera débil y el personal profesionalmente poco preparado en algunos casos. Ante estos problemas históricos los halcones de la comunicación no se han echado atrás pero vieron que el terreno estaba abonado para controlar el flujo informativo africano a través de proyectos, acuerdos, financiación y en algunos casos en la compra de radio, televisión locales y la prensa, esto es si antes el gobierno controlaba, hoy son las multinacionales de comunicación las que controlan con sus programas. Varias emisoras en la hora punta dan noticias en coordinación con grandes cadenas mundiales como BBC (Bristish Broadcasting Corporation) o la Voice of America conocida por VOA. Estas entran en sintonía con la BBC la VOA y ellos transmite las noticias a la población. Pero lo más preocupante son las televisiones privadas o no que la mayor parte de su transmisión se dedican para películas violentas y telenovelas. Lo más chocante es el canal de pago M-Net surafricana que trasmitió el programa Big Brother África ( gran hermano África). Donde doce jóvenes de doce países africanos (Angola, Malawi, Botswana, Kenia, Zambia, Zimbabwe, Ghana, Nigeria, Uganda, Namibia, Tanzania y Suráfrica se encierran en una casa en los suburbios de Johannesburgo con la promesa de ganar 100.000 dólares. El programa ha sido transmitido 24 horas al día para 40 países africanos y todo por satélite y media hora para las televisiones locales donde los telespectadores oscilaban entre 25 y 30millones. Prácticamente se consiguió un nivel elevado de cuota de pantalla en nombre de “telecultura” o bien como ha afirmado una de las participantes del programa “queremos quebrar los mitos de nuestras culturas tradicionales. La verdad es que tres países africanos (Malawi, Zambia y Namibia) lanzaron la voz de alarma y prohibirán que sus televisiones locales transmitiesen este programa nefasto al mundo juvenil africano que tiene que enfrentarse a la supervivencia diaria, como afirmó un parlamentario de Malawi que “la gente está siendo sometida a terribles imágenes que crean problemas a nuestros jóvenes” También es cierto que cerca de 6.500 malawitas suscriptores de televisión vía satélite continuaron viéndolo aunque pagan 48 dólares por mes en país donde la mayoría de la población no llegan 30 doláres de consumo mensual. Esto es el ridiculez y la paradoja del tecnomercantilismo que está tratando de sustituir el proyecto social de progreso por una utopía de la comunicación sin limite en este continente. Donde se fomenta el sexo y alcoholismo y al mismo tiempo se muere masivamente de SIDA ¿Cómo ver el gran hermano si falta la Paz, la tranquilidad, retrovirales para combatir SIDA? Parece una pregunta retórica, tal vez tiene razón Alvin Toffer cuando atribuye a los efectos de la nueva tecnología de información el surgir de la “economía reducto”, la cual contribuye a lo que ya se denomina la “revolución de los ricos”. Estamos ante un fenómeno que invierte el curso de la historia, donde en el pasado las revueltas eran protagonizadas por los pobres. Pero en la actualidad los grupos y las zonas ricas quieren preservar y ampliar sus ventajas. Y añade: “Estamos en un proceso de transformación del modo de crear riquezas; antes era la industria, ahora es la información...” A pesar de la desigualdad social, que no es en absoluto algo nuevo para el continente africano, es lamentable ver cómo con las nuevas tecnologías de comunicación se agrava la situación y se crea el tópico entre la gente de Occidente donde las multinacionales de la información sólo muestran la situación de los pueblos africanos en guerra, o muriendo de hambre, de enfermedades, de sida y de estas realidades no se habla. Las mismas ONGs han caído en los mismos errores con sus publicidades dañinas de fotos que causan lástima para que las personas aporten ayudas. ¿A qué miembros de estas ONGs les gustaría ver las fotos de sus familiares en condiciones infrahumanas en los periódicos para recaudar fondos que tal vez nunca les llegarán? Muchas de ellas pierden credibilidad al convivir con las multinacionales de la comunicación. Llegados a este punto, no cabe duda de que cuestionarse si la componente de información y un estrecho control de los flujos informativos, se puede efectivamente mantener el orden en el continente africano, mientras las fuerzas económicas de iniciativa privada contribuyen a desequilibrar salvajemente la distribución de ingresos y la utilización de recursos. ¿Tienen los gobiernos africanos el poder de hacerlo? Si queremos ser coherentes con nosotros mismos, tenemos que afirmar que muchos occidentales y no occidentales piensan que “los africanos no están preparados para gobernarse”. Pero esta consideración está cargada de paternalismo. Tampoco la razón de los problemas de este continente está en la falta de preparación para gobernarse. El problema está en algunos organismos internacionales, cuyo poder económico privado se aprovecha de la debilidad de la autoridad estatal para imponer sus reglas de juego, ya que dispone de la tecnología de la información, y de este modo alargan cada vez más sus tentáculos de control. Si no, ¿cómo explicar este aferrarse a los medios africanos? No hay palabras tan bellas como las del veterano crítico Les Brown que nos asegura que “los siete pecados capitales de la era digital son: Desigualdad de información, explotación comercial y abusos de la información, falta de respecto por una vida privada, desintegración de la comunidad, Plebiscitos instantáneos y distorsión de la democracia, Tiranía de los que regulan los accesos, pérdida de la valoración del servicio y de la responsabilidad social” . Si se piensa que con las autopistas de la información el continente africano mejoraría su sistema y se recibiría toda la información que quisiesen, la verdad no es así. En realidad se transmite lo que las multiplicaciones de comunicación quieren que se vea en el nombre de desarrollo. Nos atrevemos a decir que el reto mayor todavía está por venir. “Si, en el pasado han existido siempre los pobres de mente y de espíritu, y no contaban... mientras hoy se encuentran y reuniéndose se multiplican y se potencian... han sido suficientes pocas décadas para crear el pensamiento insípido, un clima cultural de confusión mental y crecientes ejércitos de nulos mentales.” Todo en el nombre de la “telecultura” . Los Halcones de la comunicación en África. Si en un país como España la comunicación está en manos de algunos señores privados, en cambio en el continente africano hay una mezcla. Parten de los gobiernos locales con sus aliados hasta las multinacionales de comunicación internacionales que tienen alianzas con los privados locales conocidos generalmente como “parcería inteligente” en Africa” . Ha sido esta nueva concepción la que impulsó el nuevo programa de la UA conocida por NEPAD, es decir, Nuevo partenariado para el desarrollo africano . Que está bien como una base para dar el nuevo impulso económico pero que tiene ambigüedades con respecto a la información. Los halcones que controlan el flujo informativo en el continente africano dominan en las emisoras de radio porque tienen muchos oyentes en África. En este continente la radio es el medio comunicativo al alcance de la mayoría de la población y las televisiones, junto con el cine y los videos entró la moda hace una década. ´¿En qué rincón africano no han llegado las películas de Rambo, Chucks Norris, Kárate Kid y otros? Y ¿las telenovelas brasileñas que paralizan todo en algunos países en la hora punta? Es interesante que la BBC (Bristish Broadcasting Corporation) es la primera cadena que domina el mercado africano. Tiene acuerdos y trasmisores en todos los países africanos hasta Somalia que es un país desintegrado desde hace diez años. En segundo lugar encontramos la Radio France Internacionale (RFI) que hace la competencia directa a la BBC y después hallamos la Voice of America, conocida por VOA, que tiene fuertes acuerdos con la emisora más poderosa de África, la suráfricana SABC (South African Broadcasting Corporation). Son éstos quienes a la hora punta trasmiten sus magazines. Es impresionante escuchar africanos decir que han escuchado una noticia local en estas radios. El caso más alarmante es el dominio que poseen de las ondas de frecuencia modulada. Referente a la televisión tenemos las cadenas gubernamentales y las privadas. Desde hace poco se ha extendido también la televisión por cable, satélite. En algunos países como Suráfrica se está introduciendo por vía digital todos conectados a los programas internacionales. Pero así mismo constatamos que la BBCTV, TV5 y VOA son las que dominan. Cuanto al programa interactivo el continente está muchos de los halcones arriba referidos ya están con sus manos puestas. Véase el mapa que demuestra el crecimiento que necesita regulación.

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